LA MEDIACIÓN
La Mediación es un procedimiento a lo largo del cual un/a mediador/a (imparcial y neutral) ayuda a las personas implicadas en un conflicto a dialogar de manera colaborativa entre ellas y a buscar por sí mismas las soluciones que más les convengan.
El/la mediador/a no valora, no juzga, no aconseja, no impone su verdad ni sus soluciones. Crea el espacio y las condiciones para que las personas puedan hablar abiertamente en un clima de seguridad, confianza y confidencialidad para ir tomando las decisiones que consideren oportunas.
Son ellas, y no el/la mediador/a, las que plantean y, en su caso, acuerdan las soluciones. El/la mediador/a interviene, movilizando los recursos y capacidades de las personas, para promover el consenso a través del diálogo.
Ventajas
mayor protagonismo, al ser parte activa en la búsqueda de soluciones.
mayor satisfacción y compromiso con el resultado alcanzado, al ser “su” resultado.
disminución de costes: económicos, temporales y emocionales.
fomento de la cultura del dialogo.
Ámbitos de actuación
Familia:
Procesos de separación/divorcio: aspectos económicos, reparto de bienes, guarda y custodia de los/as hijos/as, régimen de visitas, etc.
Conflictos surgidos en el seno de una empresa familiar.
Conflictos derivados de procesos de herencia/sucesión.
Conflictos en torno al cuidado de personas mayores, y/o con algún grado de dependencia, con las que existe una relación de parentesco.
Comunidad:
Conflictos derivados del uso de espacios públicos.
Conflictos surgidos en el seno de una Comunidad de Vecinos/as.
Conflictos originados por diferencias culturales, religiosas y/o ideológicas.